La escalada de las tarifas eléctricas en Mendoza empieza a sentirse con fuerza en el sector productivo. Los cuadros tarifarios aprobados para 2025 muestran múltiples ajustes que, en su conjunto, ubican el aumento acumulado en torno al 20 % o más para algunos segmentos de la provincia. El impacto se agrava en un contexto de inflación persistente, caída del consumo y reducción de subsidios estatales.

Actualmente, Mendoza figura entre las provincias con tarifas más elevadas del país, lo que ha encendido las alarmas en industrias, bodegas, agroexportadoras y pymes, muchas de las cuales advierten que la energía se ha convertido en uno de sus principales costos operativos.

“Según referentes de la Unión Industrial de Mendoza (UIM) consultados por Los Andes, muchas empresas advierten que las boletas se duplicaron en menos de un año y que la falta de previsibilidad en los costos energéticos complica su planificación.”

Menos subsidios y más presión sobre el sector productivo

La quita progresiva de subsidios a los grandes usuarios —categorías que agrupan a las empresas con mayor consumo— dejó fuera del esquema de asistencia a más de 100.000 firmas en todo el país, según datos publicados por Río Negro y Página 12. En Mendoza, este proceso se tradujo en facturas crecientes para industrias y establecimientos comerciales medianos y grandes.

De acuerdo con el EPRE, los usuarios sin subsidio (Nivel 1) ya pagan más de $6.500 por kWh, mientras que los niveles intermedios (con subsidios parciales) rondan los $3.500. El aumento acumulado en 2025 supera el 25 %, aunque distintos rubros —como el vitivinícola y el agroexportador— registran variaciones aún mayores debido al peso del consumo intensivo y a los picos de demanda en temporada alta.

Un riesgo para la competitividad regional

Los especialistas advierten que las tarifas eléctricas mendocinas están por encima del promedio nacional. En algunos tramos, una empresa local paga entre un 20 % y un 30 % más que una radicada en provincias como San Juan o Córdoba, lo que erosiona la competitividad frente a otras regiones con costos energéticos más bajos.

“Para las empresas electrointensivas, el aumento de la energía es directamente un factor que define su continuidad. Los márgenes ya venían ajustados y ahora muchos deben replantear su estructura de costos”, indicó un consultor energético local.

Energía solar: la alternativa que gana terreno

En respuesta, cada vez más compañías mendocinas están optando por la generación solar fotovoltaica como estrategia para estabilizar costos y asegurar previsibilidad a largo plazo.

La provincia cuenta con una de las mayores radiaciones solares del país, lo que favorece el retorno de la inversión en sistemas fotovoltaicos. Empresas de los sectores agrícola, industrial y hotelero ya han implementado proyectos que les permiten cubrir entre el 30 % y el 70 % de su demanda energética.

“La energía solar se ha convertido en una herramienta de competitividad. Permite fijar el costo de la electricidad en dólares por 20 años y reducir la exposición a aumentos tarifarios imprevisibles”, señalan desde Solcor Chile.

Además, Mendoza fue una de las primeras provincias en reglamentar la Ley de Generación Distribuida, que permite a los usuarios inyectar energía excedente a la red, obteniendo créditos a favor en sus facturas.

Perspectivas

Para los próximos meses se espera que continúe la actualización tarifaria trimestral prevista en la Revisión Tarifaria Integral (RTI). Esto podría significar nuevos ajustes antes de fin de año, en línea con la inflación y el costo de generación nacional.

Ante este panorama, los analistas coinciden en que el desafío será preservar la competitividad empresarial sin frenar la inversión. La diversificación energética y la adopción de tecnologías limpias aparecen como caminos posibles en un escenario donde la previsibilidad de costos se ha vuelto un activo estratégico.

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